En Chalco, Estado de México, la vida se ha convertido en una pesadilla para miles de personas que llevan más de tres semanas sumergidas en aguas negras. El colapso de los drenajes, provocado por la suciedad acumulada y las torrenciales lluvias, ha dejado a unas 2.000 viviendas completamente inundadas.
Los esfuerzos conjuntos del Estado de México y el Ejército para reducir el nivel del agua no han dado resultados, dejando a más de 7.600 personas atrapadas en condiciones deplorables. Felipe Delgadillo, al igual que muchos otros, debe depender de lanchas de Protección Civil para moverse por su colonia, donde el agua alcanza hasta la cintura en algunos hogares.
La falta de servicios básicos ha generado un incremento en enfermedades, con niños y adultos sufriendo de diarrea, hongos y erupciones cutáneas. A pesar de las evacuaciones de más de 1.100 personas, muchos residentes se niegan a abandonar sus hogares por miedo a los robos, mientras luchan por sobrevivir en una situación que parece no tener fin.